Ir al contenido principal

PROTAGONISTA INVOLUNTARIO

Nuestro protagonista involuntario.
Era una preciosa tarde de primavera y al ir al súper me encuentro con esta estampa. 

Se trataba de un perro macho adulto, parecía joven, mestizo de alguna raza fuerte.  

Lo habían dejado atado a una barandilla a la entrada del supermercado, justo en el paso obligado de los clientes.



Hasta aquí se podría decir que todo correcto, el perrito estaba bien atado y llevaba un bozal adecuado. Además estaba bastante quieto. 

No obstante, ésta es una práctica que no me gusta y no recomiendo a nadie, independientemente del perro que tenga. No debemos dejar un perro solo atado en la calle. ¿Dejarías a un niño pequeño atado a una farola? Seguro que se te ocurren infinidad de razones para no hacerlo. ¿Y por qué a un perro sí?

Son muchos los motivos que lo desaconsejan:

    - Pueden robarlo, si el perro es sociable podría irse de buena gana con cualquiera que le ofreciera trocitos de queso.

    - Hay gente a la que no le gustan los perros y se puede sentir intimidada ante su presencia sin dueño. Debemos respetar a los demás.

    -  Puede haber cualquier tipo de accidente, y el perro no sabe soltarse de la correa, estaría atrapado.

    - Puede ocurrir que el perro reaccione mal ante algún viandante. Todos los perros pueden morder si consideran la situación suficientemente comprometida (una bici le pisa la cola, un niño le tira de las orejas, un anciano se tropieza justo a su lado,…).

    - Puede pasar un perro con problemas de agresividad y el tuyo no podrá huir de la situación.

En mi opinión, por muy bien adiestrado que esté un perro (y realmente los hay que son una maravilla) no es conveniente dejarlos solos en la calle.


Pero el caso de este perro es especialmente grave. El animal presentaba signos de sufrir un gran estrés en esa situación. Estaba temblando, tenía las orejas echadas hacia atrás, las pupilas dilatadas, la respiración agitada, miraba a todos lados constantemente a poco que oía cualquier sonido y rehuía el contacto de la gente. Este perro tenía miedo, lo estaba pasando fatal. 



Orejas hacia atrás, pupilas dilatadas.
Hipervigilancia.


















Seguramente los dueños no eran totalmente conscientes del problema de su perro pero lo cierto es que las consecuencias en estos casos suelen ser muy negativas. Tengamos en cuenta que nos encontramos ante un perro obligado a estar en una situación que le atemoriza, sin posibilidad de escapar y sin el apoyo de nada ni nadie conocido. 

Lo normal es que, lejos de solucionarse, este miedo vaya a más y el perro empiece a mostrar miedos en otras situaciones. Y entonces, tendremos un perro sufriendo nada más salir a la calle (como mínimo) y además pondremos en riesgo a los que pasen cerca de él.

No mucho después me encontré este otro perro en la misma situación.

En etología existe una técnica de tratamiento de miedos semejante a lo anterior. Se llama “inundación”, y consiste en someter al animal a una gran cantidad del estímulo que le atemoriza… para que se acostumbre y así superarlo. Por supuesto es una técnica en desuso y desaconsejada por cualquier educador que se precie, ya que la consecuencia más habitual es una mayor sensibilización o sea, que el miedo aumente.

Seamos sensatos, este tipo de cosas se evitan muy fácilmente: si vamos al súper, vamos al súper y si vamos a pasear al perro, vamos a pasear al perro. No mezclemos.


Por otra parte, si ves que tu perro tiene miedo, llama a un especialista, podrá ayudarte a tratarlo y conseguir que su calidad de vida mejore enormemente.







Comentarios

Entradas populares de este blog

PEDIR COMIDA

Un problema muy frecuente en el comportamiento del perro es el de pedir mientras los dueños comen. La intensidad de esta actitud pedigüeña varía mucho de unos animales a otros, pero en general tiene fácil solución.  Empezaremos diciendo que es un comportamiento aprendido y que somos nosotros, los dueños, los que se lo hemos enseñado . Y es que a la mayoría nos encanta darles de nuestra comida: mientras comemos, si nos hemos preparado un bocata, si estamos picoteando un poquito… siempre le cae algo al perro. Pronto aprenden que cuando estamos comiendo interesa estar a nuestro alrededor. - ¡Vamos, vamos, que se ponen a comer! Cojamos posiciones. - Ok, ponte tú al lado de la niña, yo del padre. Son los que más dan. A partir de aquí, la intensidad con la que piden es muy variable y depende de varios factores. Podemos hablar de factores internos , o sea, de la propia idiosincrasia del perro: los hay más nerviosos, excitables, obsesionados con la comida… Aunque estas caract...

EL PRIMER PASEO

La primera visita a la calle de un perro es muy importante. Hay que planearla con antelación y conocer algunos puntos básicos para evitar errores que puedan desencadenar futuros problemas. Este fue el primer paseo de Ming, chow chow de 3´5 meses, simpático y juguetón. Ming vive en una casa con jardín en el campo, muy alejado de los núcleos urbanos, por lo que para él esta salida tenía especial importancia. No había tenido ningún contacto previo con los sonidos y situaciones que se dan normalmente en una ciudad, por lo que debíamos ser especialmente cuidadosos. Por supuesto, llevaba la vacunación y desparasitación completas. Esto fue posible porque se empezó temprano con ellas. A partir de 1.5 meses se puede poner la primera vacuna (consulta con tu veterinario). El objetivo en estos primeros paseos es favorecer que el perro conozca nuevos estímulos y crear asociaciones positivas con ellos. Cada estímulo nuevo (un coche, una bicicleta, otro perro, una bolsa de plástico vola...

SE BUSCA PERRITO FALDERO

  SE BUSCA perrito faldero. O sea que quiero un perrito de raza pequeña para cuidarlo y darle muuuchos mimos. Que ocupe el vacío que ahora tengo y me dé la compañía que necesito Dejaré que duerma conmigo, que vea la tele a mi lado en el sofá, que me siga a todas partes, le concederé todo lo que me pida y en cuanto me lo pida. Así, lograré un cachorrito muy dependiente, que necesite de mi presencia para estar tranquilo.  Cuando tenga que salir de casa y se quede solo, me echará de menos. Su nerviosismo se transformará en ansiedad y comenzará a tener comportamientos molestos. A veces ladrará y gemirá, otros días me morderá los muebles o hará sus necesidades en la alfombra.   Al llegar a casa se alegrará mucho de verme, pero no tendré más remedio que castigarle por lo que ha hecho. "Él sabe que lo ha hecho mal", solo se venga por haberlo dejado solo.   De esta forma mis...